Comu 1 - Acassuso 1

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En un partido entretenido por momentos, empataron Comunicaciones y Acassuso uno a uno. En el primer tiempo se vio al visitante yendo a buscar los tres puntos de la mano de Alfredo Abalos, que asumió su responsabilidad de conductor y creó varias opciones de gol que no pudieron ser concretadas por ninguno de los delanteros de Acassuso.
A los 28 minutos, tras un pase a media altura de Federico Carneiro, Abalos desde afuera del área resolvió de primera con una media-volea de zurda y puso la pelota en el ángulo del arco que defendía Otarola, que nada tuvo para hacer.
Ya en el segundo tiempo Eduardo Pizzo decidió sacar a Demaio y meter en cancha a Maxi Acosta, que iba a tener mucho que ver con la recuperación de Comunicaciones.
“El Cartero” salió con otra actitud del vestuario, y en los primeros minutos del segundo tiempo dominó ampliamente con buenas jugadas, y algunos desbordes de Maxi Acosta que no se pudieron concretar.
Cuando se iba apagando el partido, a los 39 minutos luego de un corner a favor de Comu, el árbitro vio una clara mano dentro del área de Acassuso y no dudó en cobrar penal.
Martín Gianfelice se encargó de cambiarlo por gol con un remate cruzado a media altura, que Ruhl alcanzó a tocar, pero no a desviar.

A los 48 minutos, tras un corner a favor de Acassuso, sale rápido Lucas Banegas y mete la contra. Se iban tres jugadores de Comunicaciones contra uno solo de Acassuso, Maxi Acosta la tiró larga y se iba para el gol, cuando un colaborador del cuerpo técnico del visitante se metió en el campo de juego y le sacó la pelota, interrumpiendo lo que era la jugada de la victoria, un acto de suma cobardia del señor Crudo.Los jugadores de Comu se les fueron encima al árbitro y a este colaborador, que tuvo que salir con la policía. Finalmente el árbitro cobró un “pique” ante el descontento y la furia de los jugadores e hinchas del “cartero”.
Tras esta bochornosa situacion el partido llegaba a su fin y una vez mas, Comu se veia perjudicado , pero esta vez no fue por un fallo arbitral, sino por el sin verguenza y mala leche de Guillermo Crudo.

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